Queremos transformar la manera en que comemos,
comenzando por todo eso que se come cuando no estamos comiendo.
El tentempié, el entre-comidas, el picoteo, el Snack.
Y queremos que ese nuevo hábito empiece con los más chicos.
Queremos evitar que calorías vacías moldeen sus paladares de por vida.
Queremos retomar ese camino que separa lo que alimenta, de lo demás.
El que nos reconecta con cómo están hechos los alimentos.
Queremos mandar los ingredientes al frente, y mostrar cómo lo hacemos.
Queremos que no tenga cosas raras. Y siempre que se pueda, sea orgánico.
Queremos educar. Queremos aportar nuestro grano de maíz a un mundo más sano.
Queremos ser muy conscientes del producto que ponemos en la góndola.
Nos sentimos responsables. Queremos sentirnos orgullosos.
Queremos que se valore cómo está hecho.
Queremos ser diferentes, es nuestro acto de rebeldía.
Queremos demostrar que no hace falta sacrificar ni lo rico ni la alegría.
Queremos desafiar los límites. Queremos agitar a los dinosaurios.
Queremos revolucionar una industria que está demasiado cómoda.
Queremos que sea para todos, que tenga un impacto real.
En la mesa y en el suelo. En los consumidores y en los productores.
Los tres locos que lo arrancamos queremos ser un millón de locos que nos siguieron.
Queremos hacer snacks reales.
Por todo esto que queremos.
Pero sobre todo, por los que queremos.